La compasión

El sufrimiento es real y está presente en la existencia. Tal afirmación, a pesar de su dureza,  pone de manifiesto que el sufrimiento, ya sea de forma temporal o permanente, ocupa un espacio en las diferentes formas de vida. Es importante comprender, que no sólo la humanidad padece sufrimiento, sino que también, el resto de la cadena evolutiva, y en especial el mundo animal, experimenta también un gran sufrimiento.

Sufrimos en nuestro foro interno, no sólo por las experiencias que vamos desplegando en nuestra vida,  también sufrimos por todo lo que acontece fuera de nosotros. Entramos en las garras del sufrimiento, y fruto de nuestra ignorancia, entendemos que ese padecer interno es algo normal y habitual. Nada más alejado de la realidad.

Te has parado a pensar alguna vez, ¿quién es, realmente el que sufre?

Muy sencillo, tu yo físico, mental y emocional, es decir tu personalidad. Tu personalidad, como bien sabes, es temporal, perecedera y ejerce de vehículo para poder expresar tu dimensión más íntima en la presente encarnación.

Tu naturaleza divina, lo que verdaderamente eres, nunca ha sufrido ni nunca sufrirá. Esto por favor,  grábatelo en tu memoria.

Nuestra divinidad atesora una serie de bondades y cualidades como son la felicidad (ananda), la paz interior (shanti), el amor incondicional, la sabiduría (chit), la voluntad (sat), la compasión universal, que nada tienen que ver con cualquier elemento que pueda generarte dolor y sufrimiento.

Aquí está la clave para que puedas comprender verdaderamente la naturaleza del sufrimiento, y puedas así trascenderlo definitivamente. Cuando empiezas a tomar consciencia de que el sufrimiento tiene que ver con una clara identificación hacia tu personalidad, el cambio empieza a gestarse. El sueño profundo y la amnesia en la que estabas inmerso toca ya su fin. Empiezas a vivir desde tu Ser interior, a sentirte uno con la vida que eres, y esa separación ilusoria que estaba presente en tu existencia, poco a poco empieza a desparecer.